El Chi Kung es un tipo de gimnasia energética practicada en China como una vía para el desarrollo de las potencialidades psicológicas, mentales y físicas del individuo. Por sus características de autocontrol y profundo conocimiento de la naturaleza íntima del hombre, así como por el predominio de lo interno sobre lo externo (el Chi Kung, como el Tai-Chi, Hsing-I y Pa-Kua pertenece al conjunto de las disciplinas internas o Nei Chía ), podemos percibir que las raíces de estas prácticas se hunden en milenarios conocimientos acerca del manejo de la energía vital ( Chi ) y la alquimia interior ( Wei Dan ).

El Chi Kung se basa en el cultivo y control del Chi utilizando para ello la concentración y el control de la respiración en consonancia con determinados movimientos.

La práctica constante del Chi Kung mantiene la armonía y por lo tanto la salud física, psicológica y mental. Su práctica trae múltiples ventajas.

•  Mantiene el equilibrio interior brindando serenidad.

•  Armoniza la circulación de la sangre y la acción del corazón.

•  Limpia los canales energéticos.

•  Regula la respiración.

•  Mejora la digestión.

•  Mejora la circulación de la sangre.

•  Normaliza el sistema nervioso, etc.

Existen variadas teorías acerca del origen del Chi Kung, es probable que estas referencias sólo mencionen la evolución de diferentes formas o estilos de este arte. Más allá de lo formal, encontramos en el Chi Kung, un trasfondo que busca armonizar al hombre con el orden natural.

Taoístas, budistas y confucionistas practicaron y desarrollaron diferentes formas de Chi Kung dirigidas como técnicas de meditación y medicina interior.

Lao Tze dice: “Alimentar el alma para que no muera, es la adquisición de la misteriosa respiración celestial, y la respiración femenina terrestre y las aberturas son la raíz y la base de las influencias terrestres y celestiales que existen en el hombre. Ellas deben ser inhaladas de una manera blanda y lentamente, como si fueran a ser preservadas en el cuerpo…. Usando estas respiraciones no se hará ningún tipo de esfuerzo”.

Jesús Arce