En nuestro habitual encuentro de Filosofers, hemos compartido reflexiones y pensamientos acerca del tema de la “Determinación”. Si buscamos un poco en la etimología de esta palabra, nos encontraremos que deriva del latín determinatio, haciendo referencia a la acción y efecto de determinar. Como podemos observar, esta palabra ya nos está hablando sobre resoluciones que se nos plantean en la vida, y que son necesarias tomar para seguir avanzando. Nos habla también de la fortaleza mental para conseguir nuestros objetivos. No abandonar cuando se nos presenten las dificultades, porque éstas aparecen precisamente para ponernos a prueba y comprobar quiénes somos realmente.

Para hacer o lograr algo, es necesaria una firme decisión de cambio, de evolución, de transformación hacia lo mejor de nosotros, donde la duda no tiene lugar. Darle un nuevo valor a la acción que hemos decidido. Ya lo decía el Bhagavad Gita hace 5000 años “la acción vigoriza la mente y el cuerpo, prolonga y ennoblece la vida”. Esto nos lleva a una meditada reflexión, un mirarse hacia adentro sobre algunas preguntas parecidas a éstas: ¿Qué quiero hacer realmente? ¿Por qué me suceden estas cosas? ¿Por qué se repite esto en mi vida? ¿Qué tengo que cambiar, mejorar, etc? ¿Soy feliz haciendo esto? Las preguntas son necesarias. No podemos caminar continuamente sin rumbo, esperando que un milagro resuelva nuestras cuestiones más profundas y también las inmediatas. Nosotros somos el milagro. Nosotros tenemos las llaves que abren las puertas, y una llave poderosa es la determinación.

El valor, el coraje, también es una característica relacionada con la determinación. Hay que ser valiente para atreverse a soñar y expresarlo. Hay que ser valiente para hacer algo nuevo. Hay que ser valiente para mantener la ilusión cuando lo que abunda alrededor es el pesimismo. Hay que ser valiente para atreverse a ser diferente y que no te importen las críticas.

En la determinación, también se incluye la responsabilidad, una responsabilidad que se conecta con el compromiso interior de llevar a cabo lo que tanto hemos pensado y sentido. Si sentimos este compromiso, nos dará una fuerza extra para no doblegarnos ante la debilidad mental y psicológica. La determinación nos habla también de convicción, de confianza y de fe, hacia ese objetivo ante el cual queremos llegar. Hay una fortaleza de carácter que se desarrolla, y que se hace presente en la medida en que tomamos determinaciones. Perseverancia, tenacidad, firmeza de carácter, son luces que nos alumbran a seguir adelante, a ser fieles en nuestra propia continuidad.

La determinación es una fuerza que nos permite conquistar sueños, o afrontar situaciones difíciles con dignidad. Pase lo que pase, la decisión de continuar se expande, y nada ni nadie nos puede parar una vez que nuestro corazón despierta “determinante”.

“Cuanto más quieto se queda uno por miedo, más débil se vuelve…¿tienes miedo? Tómalo de la mano y sigue caminando con él; lo importante es no detenerse…el miedo abre paso al valor…lo único que nos puede ayudar es la acción” Delia Guzmán.

Escrito por Atalanta