En la noche que me envuelve
Negra como un pozo insondable,
Doy gracias al Dios que fuere
Por mi alma incosquitable.

Este poema, cuyo autor es William Ernesto Henley y que popularizó Nelson Mandela, tiene cierto acercamiento al momento de confinamiento que vivimos en estos momentos. A la luz de las flores de Bach me gusta compartir algunas notas.

Realmente esta situación nos puede llevar a un pozo insondable, cada uno el suyo, porque habrá quien tenga miedo (mimulus) por ejemplo de contraer la enfermedad, y ese miedo te lleve a tener miedo de no respirar, y también de que tengan que ingresarte, y que puedas llegar a necesitar pasar a la UVI. Así el miedo puede crecer más y más convirtiéndose en un pozo insondable del cual es muy difícil salir.

También podemos tener pena por la pérdida de un ser querido (mustard) y esta pena puede crecer hasta el infinito, o rabia (holly) por no poder despedir a tu ser querido o por estar inmovilizado en tu casa, y la rabia puede crecer cada día con la situación que no parece tener un final.

Las emociones son humanas y deben ser sentidas y reconocidas pero si se desbordan nos llevan seguro a ese pozo sin final del que es muy difícil salir.

Los versos que siguen nos hablan de fé en algo superior, «el Dios que fuere«, porque sin fe en que todo esto tiene un sentido más allá de lo físico (gentian) y sin la esperanza (gorse) de que vamos a ser capaces entre todos de ganar esta batalla contra el virus , sin la certeza de que algo superior de alguna manera nos protege,es difícil dar cada día ese paso.

Y como toda crisis o toda dificultad una vez superada trae la conquista sobre si mismo, la libertad interna, encontrar un horizonte más amplio desde el que mirar la verdad…»mi alma inconquistable«

El poema termina :
«Soy el amo de mi destino,
Soy el capitán de mi alma»

Espero que estos momentos difíciles se transformen en una riqueza interior y nos lleven al final a vivir de la misma manera que da título al poema: INVICTUS.

Pilar.Robleflor